9/27/2017

MIMANDO EL PRODUCTO

¡Queridos Dirtys!

Hoy quiero hablaros de cuidar el producto.

¿Qué producto?

Nosotros mismos.

¡Cuando volvemos a estar en el mercado valoramos mucho más el producto y lo mimamos!

No es la primera vez que escucho que las mujeres y los hombres nos ponemos más guapas y guapos tras las rupturas. Sin embargo, no había sido hasta ahora que me había puesto a pensar en ello. ¿Para qué iba a pensarlo?

Cuando te lo suelta a bocajarro alguien del sexo opuesto tras un mini interrogatorio es cuando realmente reflexionas sobre ello.

Y no hay como las conversaciones con tu mejor amigo (tú ya sabes quién eres y el resto del mundo tb :P) para reírte un rato y que te cuente el motivo.

¿Por qué nos ponemos más guapas y guapos?

Según mi mejor amigo, que tiene mucha razón y nunca falla en sus predicciones, es porque al volver a estar en el mercado: cuidamos mucho más el producto.

Entonces desvarío: ¿Lo llegamos a descuidar cuando tenemos pareja?

Después de pensarlo un poquito creo que cuando estamos en una relación, llega un momento en el que nos descuidamos una pizquita, por eso de que tenemos un poco segura a la otra persona. Al llevar tiempo juntos nos preocupamos más en otras cosas y dejamos de estar pendientes en permanecer irresistibles a todas horas. Tiramos de ropa cómoda, chándal, Converse. Y dejamos lo del maquillaje, los artificios y los tacones solo para las ocasiones especiales.

¿Para qué sufrir con tacones, para que invertir tanto tiempo en emperifollarnos?

Si esa persona ya nos ha visto desnudas, con pelos de loca, con ojeras y legañas, recién levantadas de la cama, con fiebre y después de haber vomitado o incluso vomitando, sin maquillaje, en esos días del mes en los que nuestra cara está demacrada y llena de espinillas, con los ojos hinchados después de llorar…Y oye, que después de todo no ha salido corriendo y ha seguido ahí.

Sin embargo, cuando volvemos a estar solteras no tenemos nada seguro. No estamos a veces seguras ni de lo que somos nosotras mismas. Nos descolocamos y nos sentimos perdidas. Y por eso necesitamos arreglarnos. Para mantener alta nuestra autoestima.

Y a veces necesitamos tenerla tan alta que nos ponemos falda y tacones hasta para salir a tomar un café. Que le pregunten a mi Cactus la cara que se la quedó al verme tan arreglada…

Que si eyeliner, rímel, corrector de ojeras, pintalabios, colorete por aquí, colorete por allá. 

Queremos agradarnos, y agradar, y por eso cambiamos de look, nos arreglamos más para salir de casa y si ya salimos de fiesta se nos puede ir de las manos... Aunque particularmente siempre fui de las que se arreglaba bastante hasta para ir a conciertos heavys. Eso sí en playeras que después saltar como una loca haciendo headbanging no es compatible con tacones sin espantosos dolores de pies. ¡Al menos en mi caso!

Digo nos arreglamos más porque soy de las que no sale sin eyeliner ni a por el pan. Ni para entrenar Kick Boxing, ¡fíjate tú! que voy a sudar como una cerda y se me va a correr todo y a parecer que me han hostiado más de la cuenta…pero necesito mis ojeras góticas, sino es como si estuviera desnuda, me falta parte de mi personalidad y eso es algo que no me puedo permitir.

¿A que vosotras también os maquilláis "ligeramente" hasta para pasear al perro? ¡Seguro que sí!¡No me engañéis! Estoy viéndoos afirmar con la cabeza.

Porque nunca sabes a quién te vas a encontrar. ¡Antes muerta que sencilla! (¿A que estáis cantando la canción de María Isabel?)

Pero sobre todo lo que buscamos al estar solteras no es un ligue detrás de otro (aunque nuestras hormonas lo deseen y estén a la que saltan), sino recuperar nuestra autoestima, esa que se nos pierde al derrumbarse todo. Tenerla todo el día arriba para no deprimirnos es lo verdaderamente importante. 

Los halagos de los come orejas duran muy poquito, en cuanto se dan cuenta de que esas palabras no funcionan, pero lo que pensemos de nosotras mismas es lo que va a prevalecer, cada día de nuestras vidas.

Ya bastante deprimente es la vida a veces, con sus continuas zancadas y trabas, para venirnos abajo al mirarnos al espejo. Y es por eso que buscamos looks nuevos, nos cortamos el pelo, renovamos vestuario y quemamos la tarjeta de crédito para darnos una chispita.

—¡Joder con la chispita! —gritó la pobre tarjeta de plástico.

—¡Pon freno que estás gastando más de lo que ganas vendiendo libros, hija! —dijo la tía cabreada cuando la vio llegar con otra chupa de cuero muy molona.

Esa chispita que necesitamos para sentirnos más sexys, para sentir que empezamos una nueva etapa. Porque vernos bien por fuera creemos que nos ayuda a seguir luchando por dentro.

Necesitamos estar a gusto con el reflejo en el espejo cada mañana.

Y aunque eso es más interno que externo, es por todos conocido que cuando uno se ve bien físicamente, cuando está contento con su apariencia, lo está también interiormente aunque cuando el silencio le muestre la realidad se desmorone un poquito. Lo ve todo de otra manera. Tiene más confianza en sí mismo, como si al estar bien por fuera pudiera con lo que le escuece dentro.

Y es confianza en uno mismo, lo que tanto mujeres como hombres necesitamos para seguir luchando contra viento y marea por todo lo que venga, para superar aquello que se cruce en nuestro camino. 

Porque si algo me está enseñando la vida en estos últimos meses es que no es de color de rosa. Si ya lo sabía ahora me lo está dejando más claro todavía.

¡A la vida le importa una mierda los planes que tú tengas en tu cabeza! Siempre te va a dar algo a lo que enfrentarte, algo que te va a hacer o más débil o más fuerte, depende de cómo tú decidas luchar.

Y desde la ruptura, todo lo que me ha pasado, me ha hecho tambalearme pero no caerme de bruces. Porque he decidido echarle dos ovarios, sacar los puños en cada situación, aunque también haya llorado. Y aquí sigo, luchando, con la tontería subida y el autoestima por las nubes y con mucho maquillaje hasta en el corazón. Porque de haber actuado de otra manera ahora tendría una depresión.

Hay que tener el autoestima en las nubes, es necesaria para seguir al pie del cañón peleando por nuestros sueños. Pero ¡cuidado! No hay que vivir en el cielo siempre, que después la hostia es tremenda cuando el globo de la ensoñación se pincha y explota.

Autoestima en las nubes pero los pies siempre en el suelo.

¡Amaos, decíos lo guapas y guapos que sois mirándoos al espejo!

¿Ya lo habéis hecho?

¿Os sentís un poco mejor? ¿A qué funciona?

Y recordad que hay mimar mucho el producto, cuidarlo, trabajar el cuerpo, la mente, pero el cerebro sobre todo, hay que echarse cremitas, maquillaje y sobre todo meternos en la cabeza que no debemos descuidarnos nunca, sea cuál sea nuestro estado civil.

Hay que cuidar siempre de nosotr@s mism@s porque nadie lo hará, preocuparnos de nosotras y de nosotros, sentirnos radiantes y sonreír. Porque al final es lo único que importa. ¡Ser felices es la gran meta!

Lo importante es aceptarse a una misma, con nuestro cuerpo imperfecto, nuestras taras, nuestras virtudes, nuestros desvaríos, nuestras locuras, nuestros miedos y fantasmas…

Eso es otra cosa que los mejores amigos tíos y las mejores amigas nos ayudan a ver en los malos momentos, cuando todos los demás “amigos” se esfuman. Que somos una gran imperfección que vale un montón. ¡Somos unos pibones! Pero de mejores amigos y mejores amigas hablaré en otro post.

Y vosotros, ¿Dirtys?

¿Estáis cuidando el producto? ¿Lo habéis cuidado más al estar solteros? ¿Habéis quemado la tarjeta de crédito tras las rupturas?

Aunque la verdad es que las mujeres no necesitamos ninguna excusa para dejar al plástico temblando. Nos basta un día con las amigas. ¿Verdad, Cactus?


¡Un abrazo sucio!

9/18/2017

MIA 2. ENAMORADA.

¡Queridos Dirtys!

Lo primero de todo quiero agradeceros las 180 visitas en el artículo anterior. Eso de reíros de mí en mi primera cita parece que os ha molado ¿eh? Yo encantada de que lo hayáis pasado bien ;-) ¡Sois un amor! Mil graciassss!

¡Espero que el desvarío creado a continuación os guste tanto o más que el anterior!

Después del pánico de enfrentarte a la soledad, del terror a las primeras citas, llega una de las ventajas. ¡Tienes mucho tiempo para redescubrirte a ti misma! Para sentir todos tus matices, sin cadenas que te aten, con la mente en blanco, con el corazón a mil por hora y el aliento desacelerado.

Imaginad una carita de niña buena aquí. Con caidíta de pestañas incluida. ¿Cuela? xD

Una de las mejores cosas de estar soltera es poder fundir la batería de tus juguetitos sin necesidad de compañía. Sin tener que contar a nadie el motivo por el que están off y, lo que es mejor aún, sin sentirte culpable si te entran las ganas cuando estás sola.

Ya sabéis eso que dicen que cuanto más viejos… más verdes. Necesitamos darnos amor a nosotros mismos. Y no hay nada malo en ello aunque algunos piensen que sí.

¿Darte amor? Sal de casa, búscate a alguien que te lo de.

Ya…no me vengáis con el cuento que he escuchado hasta la saciedad en estas últimas semanas.

—Si no follas es porque no quieres, reina.

(Esos amigos que me quieren tanto…)

Eso de que las tías follamos cuando queremos, no sé quién lo pronunció por primera vez, pero dejadme deciros que miente. ¿A que sí, solteras?

Las tías, al igual que los tíos, cuando estamos solteras follamos cuando podemos, cuando nos dejan.

Porque por norma general: Quien queremos nos ignora, y los que no nos gustan son los que se ofrecen.

¡Esto es así! O al menos en mi vida es lo que me ha pasado siempre…

Así que cuando las hormonas están a punto de colapsarnos el cerebro y nos entra ese calor asfixiante que solo se apaga como todos sabemos… Acabamos con el amante incondicional entre las manos.

¡Porque nuestros juguetitos preferidos nunca dicen que no! Y además tenemos la ventaja de que no producen embarazos.

Llega el tiempo de darnos amorcito a nosotras mismas. Sabemos lo que queremos, lo que nos gusta, podemos probar y probar buscando sensaciones nuevas. Conocemos la intensidad y la manera. ¡No lo neguéis! Lo sabemos muy bien aunque no nos guste pronunciarlo en voz alta por culpa de los malditos tabúes. Pero siempre se nos escapa algo en las conversaciones privadas porque ahí nos desatamos. ¡Bendita locura! Lo bien que lo pasamos con estas conversaciones desenfrenadas ¿verdad?

Solteras, casadas, divorciadas, viudas, no importa. Llegó la hora de relajarse, de preocuparse por una misma, de liberarse de todos los prejuicios que nos han encadenado desde que nacimos en esta sociedad a la que todavía le queda mucho para evolucionar en el aspecto sexual.

Es hora de respirar hondo, sonreír y darse un baño caliente con espuma y sales. (Sí, Beka ha pasado del pequeño plato de ducha a la bañera donde ahogarse). Que no falte la buena música para entrar en atmósfera y ahogar gemidos. Una cervecita fría con la que coger aire. La puerta del baño cerrada con pestillo que no queremos sobresaltos. Y lo mejor de todo: mi Mia 2 a mano. ¿Negro? ¿Rojo? ¿Los dos? ¿Por qué elegir?

Lo importante es que estén bien cargaditos. ;-)

Mia2. Tan pequeño, tan discreto, con forma de bala pintalabios...

Será por lugares, momentos, juguetes, atmósferas, pero como comprenderéis cuando eres dueña de una gata hiperactiva que no entiende lo de bajarse de la cama y vives con tu tía, intimidad lo que se dice intimidad mucha no tienes…Baño y a puerta cerrada. Tu tía se piensa que eres una chica súper higiénica y tú te quedas tan…relajada.

Gracias a la imaginativa de LELO, a su elegancia en el diseño y a la calidad del producto (sus juguetitos valen el dinero gastado, os lo aseguro), aquí la que no disfruta es porque no quiere.

¿Qué tiene Mia 2? Ummmmm.

6 modos de intensidad distinta en la vibración, totalmente sumergible, recargable por Usb con batería para hora y media (¡no hay que comprar pilas! ¡Aplausooo!). Diría lo de bueno, bonito y barato, pero baratos no son…Nada en Lelo lo es. Será por opciones en el mercado…Hay tantas marcas como diseños y precios. Solo hacen falta ganas, y creo que a todos nos sobran de esas. Tanto tías como tíos. Para una de las cosas buenas que tiene la vida no la vamos a desaprovechar ¿no?

Y no, Lelo no me paga por este desvarío, pero oye, que si lo leen y me quieren regalar algo… mi cumpleaños es el 22 de octubre. Y estaré muy deprimida porque me caen 32. ¡Ahí lo dejo!

Volvamos al lío del desvarío.

Mia 2. ¡Qué gran descubrimiento! ¡Fue amor a primera vista!

Pequeñito pero matón. Con personalidad propia. Elegante y muy intenso. Bien podría estar definiéndome a mí misma, pero no…

Con forma de bala y pintalabios (ya os lo he dicho, ¿verdad? ¡¡Y vaya que si los pinta!!). Este maseajador personal para uso externo que también puede utilizarse internamente (pero creedme que no os va a hacer falta…) cumple con las expectativas desde el primer: Vvrrrr.

Focalicemos. ¡¡Ahora os toca imaginar!!

Se da un trago a la cerveza, se cierran los ojos, se sujeta el Mia 2 con delicadeza con los dedos pulgar e índice y a darle rienda suelta a la imaginación. Que en el caso de esta escritora es muuuucha.

Lo que no os pienso contar es el tío que se viene a mi cabeza cuando cierro los ojos, ni las manos que me imagino que son el Vrrr. ¿O sí? xD

Quién me conoce bien sabe que será una mezcla entre Ville Valo, Ragnar Lodbrok y Jax Teller. Vamos lo que viene siendo un nórdico con pintas de vikingo y mirada moja bragas con la chulería del mejor motero de la televisión. Porque mi Opie tenía su puntillo también ¿eh? Pero Charlie Hunnam es… ejém. ¡Pues eso!

Con el Mia 2 en la mano y a tres intensidades empezamos acariciando nuestro cuello, a ritmo pausado, siempre de cabeza a los pies, ¿por qué esta costumbre? ¡No tengo ni puta idea! Pero hasta para masturbarnos y para jugar acompañados seguimos unas pautas… (no hay quién entienda al ser humano).

Seguimos por nuestra clavícula, deslizamos la suave bala por nuestro esternón, rodeamos nuestros pechos marcando círculos muy despacito antes de detenernos en los pezones. Aquí, con la vibración más bajita posible para sentir de forma más delicada (cuando se tiene piercing en el pezón las sensaciones son alucinantes pero a mucha intensidad la bala patina y no por el agua, y no es nada práctico… no es por daros envidia de verdad, pero es que con piercing bufff…), jugamos hasta endurecerlos, los pellizcamos con la mano libre. Imaginamos que son mordiscos en vez de pellizcos y ejém…

ODAXELAGNIA. ¿Sabéis lo que es? ¿No? Sufro de ello. (Gracias Mimmi Kass por enseñarme tanto xD)

Tragamos saliva y respiramos. Piel de gallina.

Nos damos una mini pausa para abrir los ojos lo justito para pulsar el +, jugamos con la intensidad y vamos descendiendo por el torso hasta llegar al ombligo. Creamos ondas e infinitos. ¿Por qué me gustarán tanto los circulitos? Cruzamos la frontera de las caderas antes de subir hacia arriba otra vez creando expectación…¡Ay, madre!, llegados a este punto os aseguro que ya hay mariposas en el estómago aproximándose a ese centro del vértigo (y no son de hambre… ¿o sí? ¿Hambre de qué? Ummm jummm).

Creedme que para cuando descendemos por el ombligo los músculos de las piernas ya están tensos. Las caderas se arquean solas demandando más, hemos tragado agua un par de veces entre jadeos lo más silenciosos posibles. ¡Quien quiera puede intentar cantar la canción que esté escuchando porque puede llegar a resultar muy divertido!

Escalofríos, jadeos, chapoteo de agua entre baile de cadera, juego de manos, espuma, intentar respirar con normalidad. Gemidos. Volvemos a revertir el camino hacia arriba y hacia abajo tantas veces como nos apetezca, antes de centrarnos en la parte más importante de nuestro cuerpo femenino (que no es el corazón como muchos piensan).

Qué distintas se empiezan a ver las cosas a los 31…

Solo con posar el Mia2 de forma superficial sobre nuestros labios, subiendo y bajando la intensidad de la vibración, volviendo a los circulitos, (¿por qué nos gustarán tanto a las mujeres los circulitos en esta zona?), estaremos a punto del colapso.

Jugar. Jugar con el masajeador sobre nuestros labios, introducirlo un par de centímetros, encoger nuestros músculos pélvicos, jugar, sentir cómo la vibración nos deshace por dentro. Jugar. Posarlo sobre el clítoris, cambiar la intensidad, presionar, volver a los labios, girar, girar… Agua, tragos de espuma, jadeos, descontrol, adrenalina, colapso mental.

Ahora ya lo de rebajar los decibelios de nuestra propia voz va a resultar bastante difícil. Con los ojos bien apretaditos llegaremos a ver fuegos artificiales y hasta auroras boreales si nos dejamos llevar con la imaginación hasta los países nórdicos.

Tantas veces como nos dé la gana. Sin prisa. ¡Pero cuidado o pareceréis uvas pasas al salir de la bañera! Os puede bajar demasiado la tensión…

Creedme que después de conocer el Mia 2, los ateos os volveréis hasta creyentes. Constatado.

—Hostiaaaa…¡Joder! ¡¡Oh, my Odinnnnn!! ¡¡Por Freyja!! (la diosa, que no mi gata :P)

Sí, yo después de…sigo en modo nórdico.

Después es tiempo de respirar hondo, dar un último trago largo a la cerveza y sonreír como idiotas. Porque sí, vamos a sonreír como idiotas cuando pulsemos el “-” para apagarlo.

¿Quién dijo que la vida era complicada? Los pequeños placeres están para disfrutarlos…

Y sí, he de admitir que el Mia2 en pareja llega a ser brutal cuando al masajeador se le suman las manos y la boca, Pero…

…al habla una soltera…

¡Ya es hora de redescubrir nuestro cuerpo! Seamos sinceras y sinceros, mejor que nosotros no nos conoce nadie. Sabemos lo que nos gusta, lo que nos pone y cómo conseguirlo.

Conocer a otras personas. Experimentar y preguntar sobre lo que les gusta o no, jugar, jugar, jugar, dar placer a otros es la bomba. Que el sexo y los orgasmos están para disfrutarse en compañía sin prejuicios…

Pero dejarse llevar sin ninguna complicación, en silencio, sin rendir cuentas a nadie por el mero hecho de disfrutar cada instante como si fuese el último y porque nos da la puta gana…Es indescriptible con palabras.

¿He conseguido que lo sintáis un poquito?

¿Cuántas os vais a comprar el Mia? ¿Cuántos se lo vais a regalar a vuestras chicas?

Decidme, ¿Dirtys? ¿Habéis probado el Mia2? ¿Cuál es vuestro juguete favorito? ¿Le ponéis nombre? ¡Contadme! ¡Que soy muy curiosa! ¡Y sé que este blog está lleno de curiosos que aunque no firmen también leen! ¡Las estadísticas me lo chivan!

¡Un abrazo calentito!

9/13/2017

PRIMERAS CITAS...

¡Queridos Dirtys!

Si hay algo que dé más pánico que estar soltera a los 30, es la primera cita después de una relación larga. ¡El ser humano y su miedo a decepcionar!

Imaginad que conocéis a alguien nuevo y que las estrellas se alinean y que quiere quedar para tomar un café o lo que surja.

¡Ohhhhh! ¡Terror! ¡Tembleque en las piernas! ¡Dudas everywhere!

Si a eso le sumáis el eco de ciertas voces en vuestra cabeza que os recuerdan conversaciones del pasado.

—No eres una chica en la que los hombres se fijen a la primera…

—Eres demasiado heavy y poco femenina…

—Llevas el pelo cortado como un tío, muchos tatuajes…no atraes… ¿quién te va a querer?

El terror que produce la primera cita es en plan…¡Oh, my god! No puedo respirar, creo que me está dando un ataque al corazón… ¿Se estará riendo de mí? ¿Quedar conmigo será una broma?

Sí, chic@s, de verdad ¿A qué es así? Decidme que no he sido la única paranoica que se ha hecho esas preguntas…

Después de mucho tiempo con la misma persona… crees que no hay más mundo…que no habrá nadie destinado para ti, ni para una cita, ni para nada…

Después de tanto tiempo con la misma persona…

Llega el conocer a alguien nuevo y tener que poner todo de tu parte para que funcione ese primer café, ese primer paseo por el parque, ese caminar sin rumbo fijo hacia ninguna parte, ese primer encuentro del que depende todo.

Si a eso le sumáis la timidez, el no saber ligar porque en realidad nunca lo hiciste ya que te ligaron, los silencios por culpa de los miedos, la poca facilidad para hablar cuando no se conoce a la otra persona, ese rugir de tripas, llamémosle: mariposas, tus propias inseguridades como mujer, tus propios fantasmas…

La primera cita puede llegar a resultar un auténtico desastre. ¿Verdad?

No sabes dónde colocar las manos. Si le tocas puede pensar que tocas a todos, si no le tocas pensará que no te interesa. Si te acercas mucho te pondrás nerviosa porque el chico te parece guapísimo, si no te acercas seguirás tensa porque lo que quieres es acercarte.

El café amenaza con salirse de la taza, los pies tropiezan al caminar y parece que vas medio borracha y no has bebido nada de alcohol, tienes el estómago revuelto y ganas de vomitar, miedo de soltar gilipolleces o lo que es peor…acabar hablando de tu ex…

Pánicoooo. La primera cita puede llegar a ser lo peor.

¿Quién inventaría las primeras citas después de tanto tiempo? ¿Debería existir algún manual para ello? ¿Le hay? ¡Seguro que sí porque ya está todo escrito!

Y si las cosas van bien, y el chico no ha salido corriendo durante el café, después de ese primer paseo llega el temido momento del beso.

HABEMUS nuevo problema. EL BESO

¿Besar o no besar en la primera cita? ¿Recordáis cómo se besaba? ¿Qué tus besos le gustasen a tu ex no quiere decir que les vaya a gustar a los demás tíos del planeta? ¿Habrá química?

Ya sabemos todos lo que pasa con las expectativas que nos creamos en nuestra mente calenturienta y que después…

Y llega el beso, los choques de manos, los giros de cabeza, los golpes por culpa de los nervios, las sonrisitas tontas… ¿Quién idearía los nervios?

Y después de ese beso…llegan más. Porque queridos amiguitos, los besos son adictivos. Una vez que has empezado ya no puedes parar…

Y claro, no es lo mismo tener 30, que tener 15, ni mis antiguos 21. A una el cuerpo le pide muchas cosas…Y ya sabemos que después de las rupturas las hormonas están revolucionadas y son como demonios gritando en tu cabeza.

Y el angelito te dice: para, se va a pensar que eres una fresca. Pero el demonio te dice: quítaselo todo. ¡Pero cuidado que estás a plena luz del día! Exhibicionismos los justitos…

Resultado: Acabas tocando los botones de la camisa del muchacho como si se tratase de un chaleco bomba, asegurándote de que no va a saltar ninguno, con un duelo interno entre ángel y demonio que no te está poniendo fácil la primera cita. Culpa de oír voces…

¡Y frenas en seco! Y vuelves a los besitos, a la charla y a las sonrisas tontas, aunque por dentro te estés muriendo de calor, que aunque una parezca muy Freeze después acaba siendo como un puto koala. ¡Pobre muchacho…!

Y al final…después de tantos nervios, de tantas dudas, de no poder dormir la noche anterior, de temblar como una hoja, te das cuenta de que ni te ha dado el infarto, ni te has muerto.

¡¡Has sobrevivido a la primera cita!! Biennnnn!!! ¡¡¡Aplausos aquí!!!

Ya no importa si te vuelven a llamar o no. Eso es otra cosa.

Lo importante es que has sobrevivido y que ya puedes tachar de la libreta de cosas nuevas por hacer, lo de tener una primera cita.

Y sí, queridos amigos. Con el tiempo vuelves a recordar ciertas frases de tu pasado.

—Demasiado heavy, poco femenina, no atraes a nadie…

Y tanto tu ángel como tu demonio gritan dentro de tu cabeza:

—¡Chúpate esa!

Y sí, lo gritan levantando el dedo corazón en una peineta.

Aunque después todo se desvanezca, aunque después vuelvas a casa sola, y estés sola. Hay momentos vividos que ya no te los quita nadie. Y sabes que a la nueva Beka, esos momentos pasados le sacarán sonrisas tontas. Porque en esa primera cita te lo pasaste muy bien, volviste a sentir y la escarcha que rodeaba tu corazón se deshizo hasta morir de calor.

Y eso es lo que realmente importa. Sentir. Vivir cada segundo como te dé la gana. Pase lo que pase después.

¿Vosotros también habéis tenido pánico a esas primeras citas? ¿Os dio ansiedad? ¿Estuvisteis al borde del infarto? ¡Contadme! Sé que hay mucha soltera por aquí, por vuestros mensajes, viviendo lo mismo que yo.

¡Espero que os haya gustado este nuevo desvarío!

El próximo habla de cierto juguetito, marca Lelo, al que adoro…¡Ahí lo dejo! Jijijijijiji


¡Un abrazo muy sucio, Dirtys!

9/08/2017

SOLTERA A LOS 30

¡Queridos Dirtys!

Doy el comienzo a la sección Dirty Thirty hablando de mi nueva situación.

Si llegas hasta aquí, tengas 20, 30, 31, (pánico que se acercan los 32), 40 o los que sean, seguro que te sientes identificada o identificado, que lo mismo algún hombre también me lee.

¡¡Estoy solteraaaa!!

Oh, my goooodddd!!!
¿Miedo?
Pues sí, los primeros días da un vértigo de la hostia, porque has estado muy acostumbrada a convivir con otra persona. Pero después le vas cogiendo el gusto a la soledad. Que siiiii. Aunque te sobre mucho tiempo, aunque el reloj no se me mueva cuando tú quieres.
Te conoces mucho mejor a ti misma porque ese silencio perpetuo te muestra taaanto. Te haces todavía mucho más fuerte en esa ausencia de ruido. ¡No te queda otra!
Después de una relación de diez años (se dice pronto…), vuelvo al camino que abandoné hace tiempo para hacer las cosas a mi manera, como siempre debí hacerlas.
Hay un mundo tan grande esperándome…
La vida da nuevas oportunidades todos los días para que podamos ser quienes queramos ser. Llega un momento en el que una despierta y se da cuenta de que no puede dar todo por una persona olvidándose de sí misma. Porque dar todo el amor del mundo de manera desinteresada no quiere decir que la otra persona te vaya a corresponder de igual forma. Ese fue el mayor error de mi vida. 
Dejarlo todo por alguien.
No cuidarme, no valorarme, no protegerme a mí misma, no labrarme mi propio futuro, abandonar mis amistades, fue mi mayor error. Enamorarme fue lo mejor, saber que puedo hacerlo, que puedo sentir, que no tengo ninguna tara. Compartir mi vida con esa persona también porque durante 10 años hubo muchísimas cosas por las que sonreír, pero también hubo otras que no estaban en el lugar correcto, que nunca lo estuvieron. Mi autoestima y dependencia fueron dos de ellas. El egoísmo de él fue el suyo.
Pero todo lo que sucede en la vida, sucede por una razón. Ahora con la mente fría sé que debió ocurrir para darme la oportunidad de conocerme, de descubrirme, de crecer como mujer. De darme la hostia de mi vida y salir más guerrera de ella.
Desperté (bendito Kick Boxing y su hacerme fuerte mentalmente) y me di cuenta de lo que estaba mal, de lo que ya no llevaría arreglo. Me hice fuerte y tomé la decisión de marcar territorio. Luché hasta dónde llegué. Y terminé por marcharme. Los lectores asiduos a este blog sabrán a qué me refiero.
Y ahora estoy sola, pero me tengo a mí misma, ahora sé lo que quiero y lo que no, sé lo que valgo y lo que no, de lo que estoy y estaré dispuesta a dar de mí a otra persona si tiene que llegar a mi destino.
Ahora sé que no necesito a un hombre que me quiera para quererme a mí misma. Ahora sé que puedo sonreír sin que un hombre borre la melancolía de mis pupilas con sus bromas. Ahora sé lo que es la soledad, llegar a casa y no tener a nadie más que a una gata preciosa que me putea más que darme mimos. Sé lo que es sentir frío porque el otro lado de la cama esté vacío y que esa escarcha no me duela ni me marchite. Sé lo que es respirar con el futuro incierto en mis pupilas y que no me importe nada más que seguir en pie luchando por mis sueños.
Porque ahora me tengo a mí misma como mujer. Primero solo tenía a otra persona. Y el vacío que había en mi alma, era un vacío que solo podía llenar yo. Yo. Yo. Yo.
Ahora tengo total libertad para los pasos que debo de afrontar. No tengo nadie a quién rendir cuentas, no tengo nadie que se pueda sentir mal por lo que hago, digo o siento. Ahora no tengo que silenciar mis Cariño, ni mis Te Quiero. Ahora puedo abrazar a quien quiera, hablar con quien quiera, tomar café o copas con quien quiera, ser quien siempre fui y quien nunca debí dejar de ser.
Ahora soy solo yo frente al mundo, frente a todas las cosas que me están pasando. Unas buenas, otras no tanto. Pero siempre hay alguien que te recuerda lo que sabes que eres, por si te despistas. Porque es en los peores momentos donde te das cuenta de las personas que tienes cerca, de los amigos que realmente son amigos.
Soy una puta leonaaaa.(Gracias, Miguel). Una guerrera de las que se deja la piel en todo lo que hace. Porque nunca supe hacer las cosas a medias. Y eso a veces no me beneficia, pero no importa. Siempre di y doy todo de mí. Cuando amo, cuando odio, cuando sueño, cuando lucho. Aunque me tropiece contra un muro de piedra, sigo adelante a cabezazos. La sangre, el sudor y las lágrimas no son más que la consecuencia de seguir en pie, latiendo, luchando, viviendo y no sobreviviendo.
Ya no pienso volver a sobrevivir. Porque merezco mucho más. Ahora lo sé. O quizá siempre lo supe, pero no tenía la fuerza para enfrentarlo.
No sé no entregarme por entera.
Y al final la vida me ha enseñado que mientras no me olvide de mí misma, tengo que seguir así, entregándome al 100% en todo lo que hago o siento porque solo así viviré como merezco vivir. Aunque el camino no sea fácil. Aunque tropiece. Aunque me caiga. Aunque duela. Lo verdaderamente importante nunca es fácil. Y si me entrego por entera y un día me vuelven a decepcionar sabré que el problema no le tengo yo, le tienen los demás, los que no saben valorarme como merezco.
Así que ahora lo único que me preocupa es vivir la vida. VIVIRLA como a mí me apetezca. Rodeada de todos aquellos que quieran compartirla conmigo, pero sin perder mi propia libertad, ni mi esencia como mujer.
Solteraaaaaa. Con toda una vida por delante. Porque los 30 son los 20 que no tuve como un día me dijo mi ahora ex suegra (entonces me molestaron esas palabras, ahora te doy las gracias y todo, porque tu zasca me hizo daño pero me abrió los ojos). Sin miedo, con mariposas de vértigo en el estómago, con ilusión y unas ganas locas de comerme el mundo.
Muchas ganas de todo. Y sí, con las hormonas revueltas, también. Lo acepto. Pero es algo que nos pasa a todas y a todos después de las rupturas.
¿Y esas hormonas como se apagan? Con primeras citas, pero también con juguetitosss…
¡Estad atentos, Dirtys!
Se avecina artículos más hot
Un abrazo sucio, de esos que provocan temblores en la respiración :P

9/04/2017

NUEVA VIDA. NUEVO CAMINO. NUEVA SECCIÓN

¡Queridos Freezers!

Al final la guerrera se cansó. Las decepciones, los comentarios dañinos, la falta de paciencia, y que la venda dejó de ocultar la vista pudo más que el amor que un día sentí.

Y las ganas de huir se convirtieron en la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo.

No ha sido un camino fácil. Desde hace un mes y medio mi vida ha sido un continuo caos de caídas, levantadas, lágrimas, nuevas ilusiones, pero sobre todo muchas sonrisas. Porque la nueva Beka Von Freeze ha decidido vivir el momento, quedarse únicamente con lo bueno y tirar hacia adelante exprimiendo cada día como si fuese el último.

Porque sí, mi vida ahora es un caos de indecisión, de tropiezos, de mirar al futuro con pánico, pero lo importante es que ahora es mi caos. Mi vida. La vida que yo quiera vivir. No la que otros quieran que viva. Y cuando comprendes eso...ya no hay vuelta atrás. Te sientes una mujer distinta.

Aunque la soledad apriete, aunque los fantasmas del pasado a veces me arrastren y cubran mi mirada de melancolía, las sonrisas que pronuncian mis labios cada día tienen un nuevo matiz. Un nuevo color que mostrar. Sin cadenas. En total libertad.

Ahora sé que no necesito a un hombre en mi vida para ser feliz. Porque ahora me tengo a mí misma. Beka tiene a Beka. Y eso es lo jodidamente importante. ¡Teneos!

Si aparece el guerrero adecuado para batallar conmigo la pelea de la vida, será bienvenido. Si no aparece está bien también. Porque lo importante es tenerse a uno mismo. Quererse. Valorarse. AMARSE. Y a veces nos olvidamos, nos perdemos y nos volvemos dependientes de la otra persona. Le damos un poder que no necesita ni ha pedido. Pero también una obligación. Porque cuando les entregamos todo deseamos que también sea así, y en el fondo, estamos pidiendo demasiado. Llegarán las decepciones, las insatisfacciones, la pérdida de autoestima. No debemos hacer eso. Y todo esto se ve cuando todo se rompe.

Porque en las relaciones de amor no hay que pedir. No hay que mendigar oportunidades, no hay que mendigar nada porque nos estaríamos rebajando frente a la otra persona. O se da o no se da. El que quiere estar a tu lado lo demuestra cada día, te lo hace saber, con detalles, con palabras. Te cuida. Te protege. Te mima. No te obliga a ser quien no eres.

Al igual que en las relaciones de amistad, uno nunca debe abandonarse a sí mismo y perder su propia libertad. Hay que quererse y respetarse, aceptarse, sin cambiar al otro que es lo realmente difícil. Ceder en unas cosas uno, en otras otro, pero nunca, NUNCA, dejar de ser nosotros para ser otra persona.

Y cuando el amor deja de ser ciego, esa libertad individual sale a flote y cuando no la consigues, todo se desmorona. Ya no hay sonrisas, ni magia, ni nada. Los buenos momentos quedan relegados a un segundo plano.

Es hora de decir adiós. Pero no un Hasta Luego. Sino un ADIÓS con mayúsculas.

Así soy yo. Puedo tardar en tomar la decisión. Pero cuando la tomo es para siempre. Las puertas entreabiertas generan corrientes. O se dejan abiertas. O se cierran de un portazo.

Y tras la despedida, es hora de empezar un nuevo camino, no desde cero porque es imposible. Pero sí una nueva vida en la que aprender de los errores del pasado, tener muy claro desde el principio lo que se quiere de una relación y lo que no. Lo que se es verdaderamente como persona y lo que no.

Sé, que mientras estáis leyendo, os estáis sintiendo identificados. Tanto mujeres como hombres. Me consta por las charlas que he tenido con vosotros. Perderse y no valorarse no es solo monopolio de la mujer.

Y puede que al principio nos cueste un triunfo conectar, conocer a alguien que quiera lo mismo que nosotros, en este mundo de redes sociales, de prisas y de superficialidades es muy difícil confiar, pero hay que hacerlo porque el destino es sabio.

Además ahora ya sabemos lo que deseamos y lo que no. Ahora sabemos lo que necesitamos en la persona que de verdad quiera acompañarnos. Ahora sabemos lo que estamos dispuestas a entregar y lo que no entregaremos jamás.

Nueva vida. Nuevo camino. Nueva sección.

Beka Von Freeze se desata para ser quién siempre quiso ser.

Siempre he sido un corazón de mente abierta, una chica del siglo XXI sin pelos en la lengua, un alma sexual escondida en una romántica empedernida. Siempre he sido muy emocional, y si he hablado con tapujos era por no molestar a otra persona. Ahora ya no hay nadie en mi vida al que molestar al ser explícita y hablar de ciertos temas, de ciertos libros y películas, de ciertos juguetitos. Ahora puedo ser yo en mi máximo esplendor.

El que quiera se quedará y leerá. El que no, se marchará. Pero creo que esta nueva sección os gustará, porque una vez más voy a hablar de mis sentimientos. No de otras personas, no habrá nombres, tranquilos, sino de cómo me siento como mujer, de cómo estoy sintiendo los cambios que se están produciendo en mí. Son tantos...

Y sé que habrá mujeres de 25 a 40 que se sentirán identificadas. Ya me lo han dicho por mensajes privados (gracias por la acogida, de verdad, sois un amor, mis letras no serían nada sin vosotros). Y si con mis locuras consigo que esas mujeres que como yo están viviendo una nueva vida desde cero a partir de los 30 o a cualquier edad, se sientan comprendidas, identificadas y que no están solas, ya he conseguido muchísimo y más de lo que espero con esta columna.

A parte de conocerme a mí misma mientras escribo, que es la idea principal. Vaciarme de mis fobias y locuras.

Habrá nuevos artículos. Desvaríos con esa mezcla entre humor negro y Carrie Bradsaw, ese personaje favorito de Sexo en Nueva York por el que un día decidí que quería escribir artículos así.

Hablaré de la soltería a los 30, de primeras citas tras una relación larga, de la soledad que nos abraza cuando has estado acompañado mucho tiempo y luego llegas a casa y no tienes nada, los consejos de nuestros mejores amigos tíos (porque sí, ahora vuelvo a tener amigos de género masculino sin tener que sentirme mal por ello), redescubrir el sexo y la llegada de los benditos vibradores, sin cadenas, sin límites, sin sentirme lastrada por nadie.

¡Espero que os gusten y me acompañéis en esta nueva etapa!

El vértigo ahora mismo me puede, pero creo que este proyecto puede salir bien...

¡El tiempo lo dirá!

¿Me acompañáis?

¡Un abrazo escarcha!