1/23/2017

LOS CAMPEONES SIEMPRE HACEN MÁS

¡Queridos Freezers!

Entre sorbos de café, dejo que la melancolía, que regala el frío de este clima, me ayude a crear un nuevo artículo.

Las palabras pretenden nacer para divagar sobre los sueños y los campeones.

¿Tenéis un sueño por el que luchar? ¿Queréis destacar? ¿Conseguir algo por lo que muchos pelean? ¿Queréis sentiros campeones? 

Ronda Rousey dice en su biografía, que para ser un campeón en algo siempre hay que dar más, hacer más que los demás. No conformarse.

Soy de las que cree que la fórmula para triunfar no es otra que seguir peleando cada día con todas nuestras fuerzas. No rendirse. No venirse abajo. Mostrar la cara al enemigo, aunque este seas tú mismo.

Por experiencia, sé que a momentos es demasiado difícil. Siempre hay lastres que intentarán pararnos en nuestro camino hacia la meta. Tendremos días grises de tormentas dentro del corazón. Habrá momentos de lágrimas amargando el alma. La vida es así. Pero debemos seguir en pie sin importarnos las trabas que se nos pongan delante.

Sí queremos ser campeones…

Tenemos que entrenar cada día en aquello que queremos conseguir. Luchar por nuestros sueños hasta que se nos desgasten las fuerzas, el sudor y las lágrimas, porque si no duele dicen que no vale. Soñar con que podemos conseguirlo y volver a empezar. 

Crear nuestra propia rutina hacia la efectividad.

Si sueñas con ser escritor… Tienes que escribir todos los días. Machacar las ideas hasta desangrarte en palabras, deshacerte en el papel dejando hablar al corazón, para que los lectores al descubrirlas puedan sentir al menos la mitad de lo que tú sentiste al imaginarlas.

Si sueñas con bailar, tendrás que mover tus pies una y otra vez hasta que tus piernas no aguanten más. Practicar. Innovar. Regalar el corazón en cada gesto de tu cuerpo. No quedarte parado en el mismo lugar esperando a que surja el movimiento.

Si sueñas con subirte a un ring y ganar el combate, tendrás que prepararte tanto física como mentalmente para dar la mejor versión de ti mismo. Para no claudicar en la lucha. Sabiendo que la persona que se enfrentará a ti también pretenderá ser el mejor. 

Luchar a muerte es la única manera de sobrevivir en el camino que elijamos. 

Si quieres ser el campeón, tendrás que hacer más que los demás. Luchar más que los demás. 

Recuerda que nadie regala nada.

Debes seguir caminando aunque estés cansado. Reprimir el dolor y dejarlo abandonado en un rincón perdido de tu mente. Silenciar todos tus demonios, expulsar de tu alma la negatividad de los miedos y fracasos.

Debes dejar atrás todo lo que te impida llegar a la meta que te hayas trazado.

Para ser campeón tenemos que saltar más lejos de lo que se espera de nosotros.

¿Cuántas veces te han dicho que no lo conseguirás? ¿Cuántas veces te han hecho sentirte inferior?

La única manera de destacar en algo es seguir nuestro camino sin que nos importe ser más que los demás. La vida y el tiempo lo acaban poniendo todo en su lugar.

Tenemos que seguir corriendo, luchando, sonriendo, sin agachar la cabeza. Levantar el puño, saltar, atravesar los muros invisibles de nuestra mente, mirar al cielo con orgullo, dar nuevos pasos, pulsar distintas teclas, avanzar para seguir creciendo. 

Pero jamás creernos los mejores. Eso únicamente nos hace más pequeños. Eso solo provoca que no demos de nosotros todo lo que debemos dar.

Tenemos que creer en nosotros mismos. Soñarnos cumpliendo nuestras metas. Luchar. Luchar y luchar. Es la única manera de llegar hasta el final creyéndonos campeones. Sabiéndonos la mejor versión que tenemos. Siendo diferentes.

Porque campeón no es aquel que gana. 

Un campeón es aquel que da todo lo que tiene por conseguir lo que anhela, un campeón no se detiene. Es aquel que se deja la piel, el corazón y el alma por sus sueños, por lo que le motiva, por lo que le hace levantarse cada mañana con una sonrisa en la boca.

Porque el que quiere, puede. Porque el que pelea, gana.

Campeón es aquel que lucha más que los demás, que hace todo lo posible por vencer. Es aquel que evoluciona constantemente, que aspira a más de lo que la vida le ofrece. Es aquel que no se conforma con soñar, es aquel que convierte todos sus sueños en una realidad.

¿Tú que quieres ser?


¿Un campeón o una persona cualquiera más?

¿Tienes un sueño? ¡Pues te animo a luchar por él!

Hasta el final. Sin excusas. Derribando muros. Sin dejar de sonreír.

¿Luchamos?

¡Un abrazo escarcha!

1/09/2017

¿EN QUÉ MOMENTO CRUZAS EL LÍMITE QUE TE IMPIDE SOÑAR A LO GRANDE?

¡Queridos Freezers!

Hoy, en la primera publicación del año 2017, quisiera reflexionar, con el café de la tarde, sobre todas esas cosas que nos impiden conseguir lo que queremos.

Ahora que comienza el año, y que hemos escrito en nuestras libretas de sueños y metas por conseguir todos esos propósitos que nos proponemos cada Enero...

¿Quién decide si nuestros sueños son demasiado grandes?

¿Os habéis parado a pensar alguna vez en todos los lastres que nosotros mismos nos ponemos en el camino?

Los complejos, la falta de confianza en lo que tenemos y en lo que somos, el miedo al fracaso, el agobio de la rutina, el cansancio acumulado, las decepciones, lo que otros piensan de nosotros y nuestras circunstancias.

Todo ello son piedras, más pequeñas o más grandes, que nos alejan de lo que ansiamos. Todo ello nos debilita, nos consume, nos harta.

A veces el problema no son los demás.

Sucede que a veces el problema somos realmente nosotros mismos.

Somos nuestro peor enemigo. El peor enemigo del hombre no es otro que su propio cerebro.

Nuestra cabeza a veces trabaja demasiado, y nos hace ver las cosas de distinta manera a como las deberíamos de ver.

Nuestras propias cicatrices, el pasado y la huella profunda que ha dejado en nosotros, la incertidumbre por el futuro y el no poder tenerlo todo bajo control, nos hacen tambalearnos y pensar que nuestros sueños son demasiado grandes para luchar por ellos.

O bien que nosotros somos demasiado pequeños para pelear por ellos. Y esto es todavía peor.
El límite que nos impide luchar por nuestros sueños, es una cuerdita muy fina.

¡Os lo aseguro!

Es tan sencillo esquivarlo como bajarse de un bordillo o dar un paso hacia adelante en una escalera.
Puede provocarnos miedo, dudas, vértigo. ¡Claro que sí!

Las emociones son infinitas. 

Lo que está claro es que jamás seremos la misma persona si nos deshacemos de ese límite invisible que nos impide ser una versión excelente y luchadora.de nosotros mismos

¿Visualizamos?

Pensad en vuestro sueño. En aquello que os motiva para levantaros cada día. En aquello que os ronca dentro del corazón, que late, que os habla dentro de vuestra sangre.

¿Lo tenéis?

¿Sí? ¿No?

¡Buscadlo!

Cuando lo hayáis encontrado, trazad una línea imaginaria que os separa de ello.

Pensad que a un lado de ella estáis vosotros mismos, llenos de interrogantes, miedos paralizantes, complejos y sonrisas fingidas.

En medio está la línea límite.

Al otro lado de ella hay otra imagen de vosotros que se siente a gusto, que sonríe con todas sus fuerzas, que se cree fuerte y que sabe que lo es, que salta de alegría, que está a puntito de rozar lo que desea con la yema de sus dedos.

La línea límite la marcáis vosotros. Vosotros decidís.

Estáis a tan solo un paso de la una y de la otra.

Tan solo tenéis que bajar del bordillo y cruzar la carretera.

Tan solo tenéis que subir un peldaño de la escalera.

¿Cruzamos el límite para avanzar?

¿Nos olvidamos de los pasos hacia atrás, de los miedos y de las dudas?

¿Nos creemos invencibles y disfrutamos de esa versión de nosotros mismos que lucha y que consigue?

¡Nos lo debemos! De no hacerlo nos estaremos perdiendo tantas cosas…nos estaremos negando tantas alegrías, tanto aprendizaje…

Aunque hayamos pasado mucho tiempo de nuestra existencia pensando que no podremos, que no nos merecemos soñar despiertos. Aunque a momentos el vértigo y el miedo a caer nos congele la piel. Aunque titubeemos.

Debemos caminar siempre hacia delante.

Tenemos que cruzar nuestros propios límites, deshacer nuestras barreras mentales, salir de nuestra zona de confort. Ser lo que queremos ser. Luchar por lo que deseamos luchar. Pero sobre todo conseguir. Conseguir nuestros sueños, acariciarlos, tocarlos, convertirlos en realidad.

Porque aunque no os lo digan, ¿sabéis qué?

Los sueños están para cumplirlos. Por eso nacen y existen. Y por ellos nacemos, avanzamos y vivimos.

Así que ¡venga! ¡Al lío!

¡A luchar por nuestros sueños hasta conseguirlos!

¡Un abrazo escarcha!

P.D: Gracias a todos los que compartieron mi anterior post en redes, porque ha superado las 487 visitas :-) ¡Gracias infinitas!